Dulce

Dulce

5 de octubre de 2009

¿Sonries?

Una vez acabado el año fiscal, la Agencia Tributaria envió un inspector de
Hacienda para auditar los libros de una sinagoga. Mientras los iba
comprobando, se giró hacia el rabino y le dijo:
- Observo que compraron un montón de cirios. ¿Qué es lo que hacen con los
restos de cera que gotean?
- Buena pregunta -dijo el rabino-. Las vamos guardando y las devolvemos al
fabricante, y de vez en cuando ellos nos envían gratis una caja de cirios.
- ¡Oh! -respondió el inspector, algo decepcionado con que su insólita
pregunta hubiese tenido una respuesta tan buena, pero continuó con sus
odiosas maneras-. ¿Qué me puede decir sobre sus compras de galletas? ¿Qué
hacen con las migajas?
- Ah, sí -respondió el rabino, dándose cuenta de que el inspector estaba
intentando ponerle en un aprieto con su absurda pregunta-, las recogemos y
las devolvemos a los fabricantes, y de vez en cuando nos envían gratis una
caja de benditas galletas.
- Ya veo -respondió el inspector, estrujándose el coco para ver como podía
sacar de quicio al sabelotodo del rabino-.

Bien, rabino, y entonces ¿qué es lo que hacen con los prepucios que van
quedando de las circuncisiones que llevan a cabo?
- Pues aquí tampoco desperdiciamos nada -respondió el rabino-. Lo que
hacemos es irlos guardando y enviarlos a la Agencia Tributaria, y de vez en
cuando, una vez al año más o menos, ellos nos envían un capullo completo

4 comentarios:

Juan dijo...

Problemas con hacienda?, jajaja. Un besazo.

Winnie dijo...

JAJA buenísimo...besos de lunes

Anónimo dijo...

Tres hurras por el rabino!!!!

Nuria Gonzalez dijo...

El rabino sabe mucho jeje
Besitos guapa y feliz día, porque todavía no ha terminado